Antecedentes
Inquietud que empuja a moverse, salir a la búsqueda, soñar con algo o alguien que nos estimule. Amplificar las emociones con alcohol, música a altos volúmenes, penumbra…
El ambiente se va agitando, como bebida en la taza, sube la temperatura, aumenta el roce, también la euforia, desinhibición…
El suceso
¡Y se produce el encuentro! Tal vez de manera inesperada… Y empieza a rodar la bola; las ilusiones empiezan a materializarse, se empieza a abrir la posibilidad de un nuevo paisaje-horizonte con nuevas vistas y nuevos aires.
Interrupción
Se acaba la noche sin completar el acto, con la salida del sol, se guardan las emociones, como el zumo de uva en las barricas y comienza la fermentación.
Maduración
Con el paso del tiempo se perciben nuevos matices: dulces, ácidos, amargos, salados… ¡Qué bien, volvemos a tener cosquilleo, quizá podamos hacer pan! Alimentamos la levadura madre con más harina y agua, la ilusión va creciendo, con burbujas de anhelos que estallan súbitamente y vuelven a salir más. Es hora de ir al horno.
Continuación
Se produce el reencuentro. Choque de trenes sin testigos y sin ruido. Quién sabe lo que pensará el otro ser, tal vez mejor no preguntarlo… Circunstancias, seres, estares…
Desenlace
El horno parece apagarse antes de tiempo, ya no es necesario usar la masa, la ilusión se desvanece, se convierte en rutina otra vez. Las promesas secretas ya no serán realidad ni públicas. ¿Quién se dio la vuelta?
Silencio
Otra vez será.
desde la inquietud hasta el silencio me has llevado balanceándome al ritmo de tus emociones. Gracias.
De nada! No es poca cosa que te haya hecho balancear!